Proyecto Misión
Entonces Jesús les dijo otra vez: paz a vosotros.
Como me envió el padre, así también yo os envío.
Juan 20:21
Juan 20:21
La Iglesia Local y Las Misiones
La Misión tarea de la Iglesia Local
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El propósito de Dios es que la Iglesia crezca en todo en forma conjunta. Dios desea que su Iglesia sea una Iglesia saludable en todo el sentido de la Palabra.
Cuando tocamos el apasionante tema de la Iglesia y las Misiones, es una gran oportunidad que Dios nos brinda para pensar y reflexionar acerca de lo que significa extender el Ministerio de la Iglesia local hacia un mundo no evangelizado.
A Dios en su soberanía le ha placido tomar en cuenta a la Iglesia para el cumplimiento de sus planes, en cuanto a la redención de la humanidad. ¡Qué bendición resulta el hecho de saber que Dios desea que su Iglesia sea parte activa en los planes trazados para rescatar a todos los pueblos, a todas las tribus, a todas las familias y a todas las naciones de la tierra !Es un privilegio que la iglesia recibe de parte de Dios, pero que muchas veces no lo ha tomado como un privilegio sino más bien como una carga o bien la respuesta de la Iglesia ha sido tomarlo sencillamente como un acto de obediencia, o quizá ha rehuido o esquivado esta responsabilidad.
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La Naturaleza y Misión de la Iglesia
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También es de vital importancia tener claridad en cuanto al panorama general de los fundamentos bíblicos teológicos de la misión de la Iglesia:
En primer lugar, Dios es el Creador de la Obra Misionera. Él fue quién la origino, ella estuvo en la mente de Dios. Además él guía a la Iglesia en el proceso misionero, preparando a los pueblos para recibir el evangelio.
En segundo lugar, debemos entender que Cristo es el Mediador de la Obra Misionera. Él fue el enviado de Dios para el desarrollo de la misión y su obra concluye con su exaltación, que es fundamental para la obra misionera, porque allí se le exalta como el Señor de la Iglesia.
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En tercer lugar, el Espíritu Santo es el que impulsa la obra misionera. Él inyecta de su poder a la Iglesia para desarrollar la obra misionera. Lo hizo con la Iglesia en el libro de los Hechos y lo desea hacer hoy. La Iglesia debe estar anuente a escuchar su voz, ya que el Espíritu Santo no sólo preserva el mundo como un campo misionero, sino que también el Espíritu Santo crea épocas potenciales y gentes receptivas.
En cuarto lugar, la Iglesia es el agente del proceso misionero. Con esto queremos decir que ella se constituye en el medio, el canal que Dios usa para reconciliar al ser humano con Él. La naturaleza de la Iglesia es ser misionera. Ella no lo es en el sentido de estar “interesada” en misiones; o en el sentido de “hacer mucho” por misiones. Misiones no es un pasatiempo o un simple ministerio de la Iglesia. La Iglesia como un todo es misionera en todas sus relaciones, es misionera en su sustancia y esencia.
En quinto lugar, la Biblia es el texto del proceso misionero. Ella tiene toda la autoridad para el quehacer misionero. La Iglesia puede usar todos los recursos habidos y por haber en el campo de las ciencias sociales, de las comunicaciones y de la más alta tecnología de punta, pero la Biblia será el libro que dará las directrices para todo el proceso misionero. Ante este último aspecto se debe preguntar si de verdad y en la práctica la Iglesia está aceptando la autoridad de las Sagradas Escrituras, para el desarrollo del ministerio y también para nuestra propia vida.
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Si no hay claridad en esto, la Iglesia puede incurrir en un grave error y es el hecho de estar haciendo otra cosa aparte de lo que Jesús definió como misión. Lastimosamente hoy día muchas iglesias van desorientadas en cuanto a su norte misional, algunas iglesias están jugando de ser iglesias, se la pasan entreteniendo a su feligresía en un activismo exacerbado, pero están dejando de hacer lo más importante, la prioridad dicha por Jesús en Mateo 28:19 y también en Hechos 1:8.
Aún pueden mostrar ser muy activas y aún crecer en sus ministerios, tener cierta fama en el medio evangélico, tener programas en los medios de comunicación, organizar grandes eventos a nivel nacional e internacional, pero no están fijando sus metas en la misión encomendada por Jesús.
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La gran comisión como el fundamento de la misión
Es la carta magna de la iglesia
Es su razón de ser.
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